Para ser felices. El derecho al juego. Dónde se puede jugar. No tenemos sitio. Jugar gratis. Sin entrenador. Un día para jugar. Solo. Jugar seguros. Mejor los abuelos. A pie. La bicicleta es más democrática. A la escuela vamos solos. Las ciudades son pedazos de mundo. Una acera para la familia. Muchas plazas. Si cnstruís, no podemos jugar. Las casas están cerca porque los amigos deben estar cerca. Los niños también existen. Un concejal para nosostros. Espacios para comunicar. Adultos más infantiles. Escuela y no escuela. Derechos y deberes. Me sentí responsable. Un alcalde para los niños. Conclusiones. Aportes para una nueva cultura de la infancia. Apéndices: 1. De 1991 a hoy, de Fano a Roma: el proyecto, la red. 2. Convención internacional sobre los derechos del niño. 3. Las ciudades de los niños en este libro. Bibliografía.

Los niños ya no dicen ¡basta!, expresan su desacuerdo con un capricho, el llanto, el mutismo, el rechazo del alimento, el chantaje. Casi siempre estas actitudes ocultan un ya basta reprimido, inexpresado. El niño que dice basta lo hace con urgencia: él es niño por poco tiempo y en ese poco tiempo le resulta imprescindible hacer lo necesario para su desarrollo. Las propuestas que integran este libro provienen del Proyecto "La ciudad de los niños" originado en Fano (Italia), y presentadas por los niños en el Consejo de los niños.

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